Accedemos a la casa rural a través de una puerta corredera mecánica de 6 metros por 2 metros de alto, accedemos al interior mediante una amplia zona de suelo de hormigón pulido que nos conduce a los aparcamientos cubiertos para 4 vehículos con amplio espacio, cuando nos disponemos a bajar del vehículo nos encontramos con una zona de garroferos que nos aportan un sombraje natural y nos conducen al espacio que da nombre a esta finca.
A través de la rampa del granero llegamos a los patios, antiguamente destinados a cuadras de animales. Hoy nos encontramos un decorado totalmente distinto protagonizado por una piscina de aguas cristalinas iluminada por la noche con luces de colores.
Con una zona de horno y barbacoa de leña, junto a la piscina encontramos una ducha exterior y un baño con ducha, WC y lavabo.
Nos encontramos con una Barbacoa Argentina circular de 90 cm de diámetro y seguidamente con otras dos orientadas a los vientos del Este y del Oeste para que siempre podamos usar barbacoa aunque haga viento. Una de las dos estará a sotavento, y a continuación y encabezando esta isla, nos encontramos otra barbacoa para hacer arroces con un utensilio metálico que nos ayuda a ahorrar leña, aprovechar al máximo el poder calorífico de esta e impedir que el fuego nos moleste al cocinar. Perpendicularmente a esta isla nos encontramos una plancha de leña con posibilidad de aprovechar el humo que produce y cocinar por medio de un ahumador contiguo. De esta manera aprovechamos doblemente la energía calorífica que obtenemos de la leña y podemos a la vez hacer carne a la plancha, ahumar pescados, chorizos, carnes, etc. Unido a este ahumador por medio de una encimera de obra cubierta de azulejo tenemos un fregador que cubre las necesidades básicas de limpieza de esta estancia. El agua de este fregador se utiliza para regar los árboles que nos dan sombra.
Continuamos andando y nos encontramos otro garrofero con un banco de madera para disfrutar del fresco y la sombra natural mientras ves como cocinan en las diferentes barbacoas.
Ahora nos topamos con un espacio de relax donde se ha instalado una vieja piedra circular que antiguamente se utilizó como prensa para hacer vino. Hoy es una fuente en la que recircula agua de un pequeño estanque que permite que los pájaros de todas las especies puedan saciar su sed y al mismo tiempo obsequiarnos con su canto. En el interior de esta pequeña charca habitan un grupo de ranas, las cuales viven de los mosquitos que se puedan acercar al agua y nos brindan tranquilidad, mientras estamos sentados en el otro banco también protegido del sol por un garrofero centenario que nos permite ver como los pájaros vienen a beber agua y al caer la tarde el canto de las ranas.
Continuamos caminando por el recinto y, finalmente, llegamos a una zona en la que, caprichosamente la naturaleza, como a un matrimonio, ha unido a dos garroferos centenarios, los cuales parecen uno y han permitido bajo sus ramas un espacio natural de sombraje inigualable. Aprovechando esta sombra hemos realizado una mesa de hormigón decorada con azulejo mosaico y bancos de madera con capacidad para 12 personas con mucha amplitud. Toda esta estructura apoyada en el suelo solamente en dos puntos está ingeniosamente diseñada para perturbar lo mínimo la paz de estos veteranos de la naturaleza.
